Muchas son las opciones que los gobiernos de todo el mundo plantean para disminuir el cambio climático, las carreteras solares son una de ellas. Sin embargo, aunque se tratan de una propuesta llamativa e innovadora, hay que preguntarse, “¿son viables?”.
En el recorrido de hoy vamos a tratar de responder a esta pregunta. Acompáñanos y conoce un poco más sobre las ventajas y desventajas de una autopista de esta clase.
¿Qué es una carretera solar?
Antes de preguntarnos si una carretera solar es funcional o no, hay que responder qué es, puesto que necesitamos conocerla lo más posible para entender todas sus ventajas.
Una carretera solar es una vía cuya superficie está recubierta con paneles de células fotovoltaicas. Estos deben estar construidos con materiales que les permitan resistir el tráfico pesado y almacenar la energía proveniente del sol.
A su vez, los paneles deben estar construidos con materiales lo suficientemente resistentes como para soportar el paso de vehículos particulares y de carga pesada; por ejemplo, utilizando silicona o vidrio templado.
Todo esto permite que dichas construcciones sean generadoras de energía limpia.
¿Cuál es su objetivo?
La intención de estas vialidades futurísticas, es acumular la energía solar y la que los automóviles generan al rodar sobre los paneles fotovoltaicos. Dicha energía puede ser utilizada para aprovisionar de electricidad a un sector de la sociedad, desde el alumbrado público, hasta la señalización vial e, incluso, la carga de vehículos eléctricos.
¿Son viables las carreteras solares?
La teoría nos dice que, a largo plazo, las carreteras solares serían beneficiosas para todos, pues representarían un nuevo modelo de almacenar y proporcionar energía eléctrica en diversos rubros.
Siendo el transporte motorizado el más utilizado en el mundo, crear carreteras solares se traduciría en una fuerte reserva de electricidad. No obstante, aunque la propuesta es buena en la teoría, la práctica nos arroja resultados un poco desalentadores.
Algunos países intentaron ser pioneros en la instalación de esta clase de autopistas, siendo Francia el primero con una carretera solar en 2016; su nombre fue Waterway Solar Highway, constó de 2800 paneles fotovoltaicos que cubrían un 1 km de largo. Su costo fue de $ 5.2 millones.
Desgraciadamente, sus paneles comenzaron a fracturarse al poco tiempo de su inauguración; también, la gente comentaba que el ruido que los autos generaban al pasar sobre ella era demasiado. Sin embargo, lo más grave era que, de los 150.000 kilovatios por hora (kWh) de electricidad que tenía contemplado generar al año, en 2018 únicamente consiguió 80,000 kWh, y menos de 4 kWh en 2019.
En China ocurrió algo similar en 2017, pero, aunque se utilizaron materiales más resistentes, desgraciadamente sus paneles fueron robados.
Actualmente, Estados Unidos cuenta con prácticamente el único tramo de carretera solar funcional en Peachtree Corners, Georgia.
Principales problemas
Los principales problemas a los que se enfrentan las carreteras solares son al robo de sus paneles fotovoltaicos, el rompimiento de los mismos e, incluso, a la misma geografía. Para que una autopista de esta clase sea funcional, obviamente de contar con el suficiente acceso a la luz solar; en algunos casos no es probable por la curvatura y localización de los caminos.
Asimismo, cuando mencionamos que a largo plazo podrían ser funcionales -siempre y cuando se resuelvan antes los problemas anteriores-, su colocación es mucho más costosa que una autopista de asfalto. Por ejemplo, el proyecto Solar Roadways estimo que reemplazar todas las carreteras de los EE.UU. costaría 56 billones de dólares, mientras que la Universidad de Stanford calcula que cambiar las vialidades interestatales constaría 7,35 bdd.
Carreteras solares, el sueño
Todo lo anterior se muestra como un panorama bastante desolador. No obstante, se han presentado proyectos como en Países Bajos, donde se construyó una ciclovía solar, misma que demostró ser bastante funcional. Claro, esta tiene que soportar menos peso que los automóviles, pero su concepto es el mismo.
Y aunque parece un sueño bastante lejano, tenemos que tomar en cuenta que el mundo está hecho para los vehículos motorizados. Por ello, cuando muchos años más adelante exista una mayor presencia de transporte no motorizado y sustentable, el cambio a las autopistas solares y ciclopistas podrá ser gradual y funcional.