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Copenhagenize: un modelo para repensar la movilidad urbana

Copenhague es reconocida como una de las ciudades más amigables para el ciclismo, y esa reputación no apareció de la nada. Su evolución urbana logró que “Copenhagenize” se convirtiera en un concepto que resume cómo una ciudad puede facilitar el uso de la bicicleta a gran escala y, al mismo tiempo, inspirar a otros territorios. También dio origen al Índice Copenhagenize, una herramienta que evalúa qué tan preparada está una ciudad para promover este modo de transporte.

El término fue acuñado en 2007 por Mikael Colville-Andersen, quien impulsó una visión de urbanismo centrada en la bicicleta con ideas claras y fáciles de aplicar. Su trabajo consolidó a Copenhagenize Design Company, fundada primero en Copenhague y hoy con sede en París, como una consultora internacional especializada en movilidad ciclista. Con presencia también en Montreal y Copenhague, su equipo interdisciplinario ha contribuido a que millones de personas vuelvan a utilizar la bicicleta como parte de su vida diaria.

Identidad visual del movimiento urbano pro-bicicleta que impulsa transformaciones en la movilidad de múltiples ciudades.
crédito de la imagen: copenhagenize

Cómo comenzó la transformación

A inicios de los años setenta, la capital danesa enfrentaba un escenario dominado por automóviles: más de tres veces y media más coches que bicicletas, calles saturadas y una movilidad cada vez menos funcional. La ciudadanía exigió cambios, y los gobiernos respondieron con medidas que transformaron el entorno: limitación del espacio destinado al auto, ampliación de infraestructura ciclista, zonas de tráfico calmado y redes pensadas para trayectos directos.

El impacto fue notable. Con el tiempo, la ciudad logró revertir el predominio del automóvil. En 2016, por primera vez, entraron al centro más bicicletas que autos. Más allá de la conciencia ambiental, la razón principal era simple: para el 56% de la población, la bicicleta era la opción más rápida. Un viaje que tomaba 37 minutos en coche podía completarse en 13 minutos en bicicleta. Estudios urbanos también mostraron la desigualdad en el uso del espacio: mientras las bicicletas representaban el 62% del flujo en zonas como el bulevar Hans Christian Andersen, solo ocupaban el 7% del espacio destinado a movilidad.

Grupo de personas en bicicleta esperando el semáforo, una escena típica de ciudades que aplican el modelo Copenhagenize de movilidad

crédito de la imagen: copenhagenize

Qué caracteriza al enfoque Copenhagenize

Copenhagenize plantea que las ciudades deben avanzar hacia soluciones tangibles para reducir la dependencia del automóvil. Su visión se refleja en infraestructura como autopistas ciclistas, puentes exclusivos, carriles amplios, grandes aparcamientos y semáforos calibrados para la velocidad promedio de quienes pedalean.

Como consultora, Copenhagenize ofrece servicios de estrategia, diseño urbano, implementación de políticas, comunicación, investigación y educación. Entre sus herramientas destacan el Desire Lines Analysis Tool y el Cycling Policy Assessment, ambas diseñadas para entender cómo se mueven las personas y cómo mejorar esa experiencia. El equipo adapta cada proyecto a su contexto cultural y ambiental, desde grandes metrópolis hasta comunidades rurales, y también ha trabajado en temas como ciclismo turístico y deportivo.

Personas desplazándose en bicicleta como parte del modelo danés de movilidad ciclista aplicado en una gran ciudad.

crédito de la imagen: copenhagenize

El Índice Copenhagenize

Desde 2011, el Índice Copenhagenize compara qué tan accesible es la bicicleta como medio cotidiano en ciudades de más de 600 mil habitantes. Evalúa 14 aspectos, entre ellos la calidad de la red ciclista, la disponibilidad de aparcamientos, la presencia de zonas calmadas, la igualdad de género en el uso de la bicicleta, el uso de bicicletas de carga y la reputación del ciclismo en cada territorio. También se valora si la planificación urbana prioriza la bicicleta en su diseño.

En su edición de 2019, Copenhague obtuvo el 90,2% de los puntos posibles, seguida de Ámsterdam y Utrecht. Oslo destacó como “Rising Star” por su avance acelerado. En Alemania, Bremen alcanzó el puesto once, mientras que Berlín y Hamburgo descendieron respecto a clasificaciones anteriores, reflejo de que otras ciudades han acelerado sus esfuerzos.

Tránsito ciclista en una calle europea que evidencia cómo el concepto Copenhagenize impulsa rutas más accesibles para quienes pedalean
crédito de la imagen: copenhagenize

Impacto internacional

El modelo ha influido en diversas ciudades del mundo. Barcelona, Estrasburgo y París figuran entre los socios que han trabajado con Copenhagenize para desarrollar redes ciclistas más robustas y coherentes. Además, la consultora produce estudios periódicos, como el dedicado a la movilidad femenina, que analiza riesgos y barreras que enfrentan muchas mujeres en su día a día. Estos análisis permiten formular recomendaciones que mejoran la seguridad y la accesibilidad en diferentes contextos urbanos.

Copenhagenize se ha consolidado como referente no solo por su metodología, sino también por sus valores. La empresa promueve la eficiencia, la versatilidad y la equidad. Su equipo internacional mantiene un equilibrio de género y un liderazgo femenino, y sus certificaciones Bicycle-Friendly Employer y Qualiopi respaldan su compromiso con una movilidad más humana.

Ciclistas desplazándose en una vía urbana que refleja el enfoque Copenhagenize para promover trayectos seguros y eficientes en la ciudad.
crédito de la imagen: copenhagenize

Una visión que sigue evolucionando

El enfoque Copenhagenize parte de una idea sencilla: la bicicleta puede ser una herramienta poderosa para transformar ciudades y mejorar la vida diaria. No busca reemplazar completamente al automóvil, sino equilibrar el espacio urbano. La consultora impulsa un diseño centrado en las personas, donde los trayectos se sientan claros, seguros y accesibles para todas las edades.

Repensar la movilidad urbana implica reconocer que el crecimiento de una ciudad no depende solo de su infraestructura, sino también de la forma en que las personas interactúan con ella. Adoptar este modelo no significa copiar Copenhague, sino comprender cómo un enfoque de movilidad activa puede adaptarse a diferentes realidades.

Para continuar explorando ideas vinculadas con urbanismo y movilidad, hay contenidos dentro de nuestro sitio que amplían esta conversación y permiten profundizar en modelos y experiencias reales, integrando perspectivas como Cittaslow y una mirada a la ciclovía en Bratislava. Dos textos que complementan esta reflexión cuando la movilidad se coloca en el centro.

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