
En el tránsito de todos los días, cada señal puede marcar la diferencia. Los señalamientos amarillos son una parte esencial de la seguridad vial, ya que ayudan a prevenir accidentes al advertir sobre riesgos que pueden aparecer en el camino. Su color no es al azar. El amarillo se ve con facilidad, incluso si hay poca luz o mal clima. Esto los convierte en una herramienta útil para alertar sobre curvas, topes, zonas escolares, cruces y otros peligros comunes en las vías públicas.
Aunque estas señales no dan órdenes como “alto” o “siga”, transmiten mensajes clave. Le dicen al conductor que debe estar más atento y reducir la velocidad. En una ciudad, en una carretera o en una zona rural, estas señales cumplen la misma función: garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía, desde peatones hasta ciclistas y personas que van en auto. Están hechas con materiales reflejantes que las hacen visibles de día y de noche. Esto permite que el aviso se note a tiempo y cumpla su función: evitar situaciones peligrosas
¿Qué tipo de advertencias muestran?
El color amarillo se usa para advertir sobre situaciones que pueden afectar la seguridad. Estas señales no obligan a hacer algo específico, pero llaman la atención sobre lo que puede pasar. Su función es informar con tiempo para que el conductor esté listo.
Por ejemplo, si el camino tiene curvas cerradas, topes o cruces con muchas personas, la señal lo indica. También se usan en caminos con superficies irregulares, zona escolar, vuelta a la derecha o izquierda, tránsito en doble sentido o áreas con derrumbes. Incluso pueden alertar sobre la presencia de animales, sobre todo en caminos rurales.
Estas señales ayudan a que el conductor tome decisiones con calma. Al saber lo que viene, puede frenar, cambiar de carril o simplemente ir más despacio. Así se reduce el riesgo de accidentes.
¿Cómo se reconocen estas señales?
Aunque todas tienen fondo amarillo, hay muchas señales diferentes. Cada una usa un símbolo sencillo para mostrar lo que ocurre en la vía. Por ejemplo, si ves una flecha que se curva, significa que hay una curva peligrosa. Si el dibujo es una persona caminando, indica un cruce. También hay señales con bicicletas, animales o cambios en los carriles.
Estas señales en su mayoría van acompañadas de un texto o sin el. Con solo verlas, el conductor entiende el mensaje. Por eso su diseño es tan claro. La mayoría tiene forma de rombo o cuadrado, con íconos negros fáciles de identificar.
Su diseño sigue las reglas marcadas por la ley mexicana. Gracias a eso, funcionan igual en todo el país. Son parte del sistema visual que organiza la circulación y ayuda a garantizar la seguridad en cualquier espacio urbano o rural.
Aquí te dejamos algunos de los señalamientos amarillos más utilizados
- TOPE: Esta señal amarilla con la palabra “TOPE” y flecha hacia abajo advierte a los conductores sobre la presencia de un reductor de velocidad en la vía. Se utiliza para evitar frenados bruscos y mejorar la seguridad peatonal en zonas urbanas. Es una forma directa para respetar los límites de velocidad.

- Señal de bicicleta: La señal con el pictograma de bicicleta indica la proximidad de una ciclovía o un cruce exclusivo para ciclistas. Su objetivo es alertar a los conductores para que disminuyan la velocidad y cedan el paso a los usuarios de bicicleta.

- Rotonda: Esta señal muestra el símbolo de una glorieta o rotonda, indicando que el conductor debe reducir la velocidad y ceder el paso a los vehículos que ya circulan dentro de la intersección. Es clave para mantener el flujo ordenado en cruces circulares.

- Zona escolar: El pictograma de dos figuras cruzando acompañado del texto “ZONA ESCOLAR” advierte sobre la presencia de estudiantes cerca de la vía. Se recomienda extrema precaución, especialmente en horarios de entrada y salida escolar.

- Paso de peatón: Esta señal muestra a peatones cruzando sobre líneas de paso, alertando sobre un cruce peatonal que requiere atención especial. Común en zonas con alto tránsito peatonal, su función es aumentar la visibilidad y reducir el riesgo de atropellamientos, especialmente de noche.

¿Dónde deben colocarse?
Para que cumplan su objetivo, estas señales deben colocarse en lugares donde realmente se necesitan. No se trata solo de ponerlas, sino de saber dónde van. Por ejemplo, si hay una curva cerrada con poca iluminación, la señal debe colocarse antes de llegar, para dar tiempo de frenar.
En zonas escolares, la señal debe verse con anticipación al cruce, no justo donde está el paso. Lo mismo ocurre con topes, calles con muchos peatones o zonas con tránsito lento. En caminos rurales, pueden avisar sobre baches, pendientes o animales.
Una buena colocación marca la diferencia. Ayuda a evitar choques y a que el camino en la vía pública sea más seguro para todos. Por eso es importante seguir las reglas que marca la ley al momento de colocarlas.
¿Qué beneficios ofrecen los señalamientos amarillos?
Estas señales aportan ventajas desde el primer momento. Primero, ayudan a ordenar el tránsito. Cuando las personas saben lo que viene, manejan con más calma y menos errores. También ayudan a prevenir accidentes, sobre todo en zonas escolares o lugares con poca visibilidad.
Otro punto a favor es su durabilidad. Muchas están hechas de metal con recubrimiento o de polímero resistente. Soportan la lluvia, el sol y el polvo sin dañarse rápido. Eso reduce los gastos de cambio y mantenimiento.
Además, al usarse en todo el país, son fácilmente reconocidas por los conductores. No importa si alguien es de la ciudad o del campo, el mensaje se entiende igual. Esto ayuda a mantener la seguridad vial en todas las áreas metropolitanas y rurales.
¿Qué dice la norma en México?
La ley mexicana, a través de la NOM-034-SCT2-2022, indica cómo deben ser estas señales. Establece el tamaño, color, forma, material y ubicación. Las señales amarillas deben tener figuras en negro y colocarse a una altura visible para todos.
Seguir esta norma no es opcional. Es una regla que deben cumplir tanto empresas como gobiernos cuando hacen obras en caminos. Usar señales bien hechas y bien puestas es una forma clara de cuidar la vida de las personas.
Además, cumplir con esta norma muestra compromiso con la seguridad, la organización de la circulación y el respeto a las buenas prácticas en sectores secundario y terciario, donde también se mueve mucho tránsito.
Una señal que sí funciona
Los señalamientos amarillos salvan vidas. Ayudan a prevenir choques, atropellos y momentos de confusión en las vías públicas. Son simples, claras y efectivas. Funcionan tanto en calles de la ciudad como en caminos rurales con alta densidad de población o con transportes públicos.
Invertir en este tipo de señalización es una acción responsable. Ya sea para un municipio, una empresa o un proyecto de mejora vial, colocar señales bien diseñadas y en el lugar correcto es una forma real de mejorar la seguridad de millones de personas en su día a día.
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